Documentación

En esta entrada presentaremos la documentación que hemos buscado para llevar acabo nuestra investigación tratando temas relacionados. Hablamos de como ha evolucionado la imagen de las personas con diversidad funcional, la sobreprotección que se ejerce debido al momento en el que nos encontramos, que entendemos por sexualidad y el debate existente en cuanto a la asistencia sexual.

Evolución de la imagen de la persona con diversidad funcional

Tener un hijo o hija con diversidad funcional hasta el fin del Imperio Romano era considera como tener un monstruo en la familia, por lo que el deber de ésta era eliminarlo como única opción social.
La historia ha demostrado que el destino de las personas con diversidad funcional era el internamiento en centros, normalmente religiosos, pues era considerado hijo del pecado.
En la época de la industrialización la persona con diversidad funcional era considerada como una persona enferma que podría contagiar a los demás y se construían psiquiatricos que para proteger a los demás de estas personas.
A partir de los años 50, se empieza a considerar a la persona con síndrome de Down como un niño o niña eterna, a la que hay que proteger y cuidar desde una perspectiva de rehabilitación, en lugar de apostar por la normalidad.
Actualmente, no podemos decir que hayamos avanzado en este tema, pues tenemos casi un poco de cada etapa. Cuesta considerar a la persona adulta con síndrome de Down capaz de desarrollar un trabajo o vivir independientemente, se les protege dejándolos estancados en la infancia y otorgándoles el papel de lo que se quiere que sean, sin darles opción a elegir.
 
Sobreprotección

Para todos los padres y madres resulta difícil o doloroso ver sufrir a sus hijas e hijos, por lo que se tiende a evitar cualquier situación que pueda crear frustración, infelicidad, etc. lo que dificulta que de pequeños y pequeñas no se aprenda a manejar situaciones complicadas, a controlar las emociones, no se aprender a perder ni a elegir.


Esta situación se hace más visible aún si el hijo o hija tiene Síndrome de Down, solo que esta situación no se da durante la infancia o adolescencia si no que ocupa la mayoría de etapas de su vida, si no todas. Si no se prepara a las personas para poder desarrollar cada una de sus etapas, prepararse uno mismo es muy complicado si los demás no creen que puedas ser capaz.

Esta sobreprotección impide el desarrollo de la autonomía, de la libertad de elegir, y por supuesto afecta en la vida afectiva, relacional y sexual de las personas con Síndrome de Down. En lugar de educar para saber decir no, proporcionar una información, educar en el respeto... se recurre a la prohibición de las relaciones sexuales, incluso sociales, por miedo a un abuso sexual, llegando a la esterilización de estas personas sin su consentimiento, o haciéndoles y haciéndolas ver que es lo mejor.

Al final, cuando se sobreprotege, bien desde las familias, bien desde instituciones, o la sociedad en general, estás impidiendo que esa persona construya su propia identidad, siempre será un niño o una niña que no esté preparada para vivir en un mundo adulto y que esto, por supuesto, incluye la ausencia de relaciones sexuales o afectivas.

Sexualidad

Nos gustaría comenzar aclarando que la sexualidad (tradicionalmente entendida como el mantener relaciones sexuales, o más especificamente aún, como la penetración) incluye el desarrollo de la identidad personal, el descubrimiento y conocimiento del propio cuerpo, las relaciones afectivas, etc.
Como Freud analiza con su teoría del desarrollo psicosexual, la sexualidad no es algo que surge cuando eres adolescente o adulto, si no que casi desde el nacimiento, la sexualidad se va desarrollando dividiendose en distintas fases a lo largo de la niñez.
Al no considerar la sexualidad como un concepto que engloba lo anterior, y considerar a las personas con síndrome de Down "niños eternos", se convierte esto en un tema tabú.

Existen prejuicios y mitos cuando hablamos acerca de la sexualidad en personas con síndrome de Down.
Un prejuicio consiste en creer que al tener una "discapacidad" la persona no podrá controlar esos instintos sexuales y para contenerlos se necesita cierto nivel de inteligencia, cuando no es así. Otro prejuicio, según Freud, no se habla de sexualidad a los niños y niñas por miedo a que su deseo sexual aparezca, por lo que aprendes por lo que te cuentan amigos o amigos o por experiencias propias; pero las personas con síndrome de Down no tienen esos referentes o experiencias que les aporten un conocimiento sobre este tema. Por ultimo, otro prejuicio sería el de infantilizar a las personas con sindrome de Down, lo que hilando con el anterior, lleva a no hablar sobre sexualidad con ellos y ellas.
En cuanto a los mitos que perviven a día de hoy aún en la sociedad mencionamos los siguientes:
- Se necesita mantener a las personas con síndrome de Down al margen del tema de la sexualidad para protegerles.
- Las personas con síndrome de Down han de ser esterilizadas para evitar que tengan una bebe con discapacidad
- La sexualidad de las personas con síndrome de Down es distinta a la de los demás y por ello suelen tener conductas inapropiadas o desviadas.
Entre otros muchos más...

Asistencia sexual

Sin adentrarnos mucho en este tema, en el cual existe un gran debate, la asistencia sexual es, según asistenciasexual.org "un tipo de trabajo sexual que consiste en prestar apoyo para poder acceder sexualmente al propio cuerpo o al de una pareja". Defienden que no ofrecen sexo, si no como conocer su cuerpo, como conocer el de los y las demás, desarrollar su identidad, etc.
Por otro lado, personas que posicionan en contra de la asistencia sexual la definen como una manera más de prostitución, a través de la que se da a entender que las personas con diversidad funcional, en este caso con síndrome de Down, no podrán tener relaciones o descubrir su sexualidad si no es mediante servicios de asistencia sexual.




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