Ciberbullyng

Recopilación de casos  sobre el ciberacoso. Peligros de Internet y            adolescentes.
    Si bien el otro día comentamos lo que era el ciberbullyng, hoy veremos algunos casos reales que        desgraciadamente han sucedido en estos últimos años.

   Romina Perrona
   Romina Perrona era una chica argentina de 10 años, que se convirtió en la protagonista de un grupo     de Facebook creado por una compañera de clase para burlarse de ella, que consistía en recopilar         razones para odiarla. Llegó a tener más de 500 fans, y pese a las denuncias de su madre, Facebook    se negaba a cerrarlo.

  Allem Halkic
  Allem Halkic, un adolescente canadiense de 17 años, acabó con su vida en 2009 tras haber sufrido      ciberacoso en una red social. El tribunal que juzgó el caso en 2011 llegó a la conclusión de que lo        había hecho como consecuencia de un acto de violencia.

  Phoebe Prince
  Dos chicos y siete chicas fueron juzgados en 2010 por acosar y agredir física, psicológicamente          durante 3 meses a través de móviles y de Internet a una compañera de instituto de 15 años de origen    irlandés llamada Phoebe Prince, de 15 años, fue acosada, humillada y agredida durante tres meses.
  Acabó ahorcándose hasta la muerte, pero la humillación no acabó con su suicidio, sino que siguió      tiempo después, demostrando que estos monstruitos no habían sacado nada en claro de sus actos.


 El colegio no lo evitó
 En 2006 en un colegio de Madrid se grabó la agresión a un menor por parte de unos compañeros de   clase. Lo sangrante del caso es que ni la tutora ni el director, enterados de ello, quitaron la   videocámara al muchacho que grabó el maltrato, obviando el riesgo de que la grabación fuera   difundida. Es por esto que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid condenó al centro a   indemnizara la familia con 30.000 euros.

Chica discapacitada se suicida por acoso
Una chica de 16 años se suicidó en Madrid después de ser coaccionada por otro compañero que la extorsionaba pidiéndola dinero que trataba de conseguir trabajando en cuidar a gente mayor. Se despidió de sus amigas por WhatsApp con un lacónico "Estoy cansada de vivir", y se tiró al vacío desde la sexta planta de su bloque de pisos. La menor tenía discapacidades motoras e intelectuales que la hacían comportarse como una niña de 10 años según su tío.
“No era la única a la que tenía atemorizada en el instituto, pero sí la única que lo denunció”, explica un familiar.


        

Comentarios

Entradas populares