Cómo actuar frente adolescentes problemáticos

1. Desvincular, como padre, su historia personal de los hijos. Lo que es suyo de lo que es su hijo. Es vital que se logre comprender tal como es y responsabilizarse de cada propia vida, y dejar que él recorra su camino. Intentar facilitar que el hijo desarrolle su vida con independencia y viviendo sus propias experiencias. Así aprenderá por sí mismo y se adaptará mejor al entorno social.

2. Evitar compararlo con los demás: Tiene derecho a recorrer su camino de acuerdo a sus preferencias, sus propias decisiones y se le debe apoyar y respetar para que sea capaz de abordar con éxito sus propias experiencias. Hacer un esfuerzo constante para respetar su forma de ser, incluso en el caso que se piense que su actitud no es la más adecuada.

3. Entiendo sus pautas de socialización: Ahí entra la capacidad de mostrarse flexibles y positivos. Mientras el hijo muestre un comportamiento respetuoso y cordial, no es necesario que se le presione para que se socialice en base a los estándares de los padres. Demostrar a los hijos que importa mucho lo que piensen de la familia, es una forma de transmitirle que sienten vergüenza de él.

4. Cuidado con la idea de "que él logre lo que yo no hice": Las expectativas personales de los padres con respecto a lo que se quiere para su hijo en el futuro pueden ser muy limitantes para su desarrollo personal. Hay que entender cuáles son las motivaciones auténticas de los padres respecto al futuro de los hijos. Hay que evitar que recaigan en el hijo las expectativas y deseos que no consiguieron los padres.

5.  Cada uno debe aprender de sus errores: Los padres a veces no son capaces de reconocer que se sienten validados y calificados a través de su hijo. Aunque cueste reconocerlo, es el primer paso para comprender muchas cosas y mejora la relación entre ellos. Si el hijo se equivoca, deberá asumir las consecuencias, aunque eso les duela y deban socorrerle. Los padres siempre estarán ahí como apoyo necesario, pero los hijos necesitan un espacio.